miércoles, 4 de julio de 2018

LAS MUÑECAS DE AYMARA




Aymara con su muñeca italiana Athena 1961



Un 7 de febrero de 1961 nació Aymara en San Cristóbal, ciudad venezolana. Yo ya había cumplido un año y 7 meses, era su hermano mayor y un mundo de vivencias compartidas nos esperaba, y entre muchas cosas, las muñecas que llegaban a ella, especialmente las que mi padre le traía de sus viajes a Caracas, han guardado en su existencial misterio de muñecas, las esencias de dos niños que se hicieron adultos junto a ellas.

Fantasías, sueños, proyecciones psicológicas, son parte del destino de una muñeca, dando forma al secreto que ellas guardaran por siempre mientras sigan siendo acariciadas por el aire del planeta.

Así estas muñecas, podrían ser libros de cuentos infantiles o de historias psicológicas, como también, registros codificados de un momento de la humanidad, reflejando, gustos, tendencias, conocimientos adquiridos, técnicas constructivas, e igualmente, el momento evolutivo de la industria del juguete en determinado tiempo.

Un 29 de marzo del año 2000, Aymara fue llamada a trascender la encarnación que conocí de ella,  en el proceso de transfiguración  de la luz que conforma el Universo, para renacer quizás, en una estrella, en una flor o tal vez en un ser angelical que ilumina esta Tierra.

En un último momento fui encargado por ella, de cuidar sus queridas muñecas, y aquí están, refrescadas, conservadas, muy amadas, queriendo compartir su misterio, su belleza, con aquellos que las busquen , las encuentren, y aprecien todo lo que pudiesen leer en ellas, a través de los ojos de la mente, dando plenitud a un alma sedienta.

Athena, Riba, Silvia, Carolina, Barbie, son los nombres que les dieron sus creadores, destacando los italianos de la casa Furga y los norteamericanos de la casa Mattel, pero hay alemanes, japoneses, chinos, y cada uno con un concepto distinto aunque todos con el mismo fin: crear una muñeca, un estímulo para la imaginación, un compañero para el corazón.

Por ahora están aquí, en este blog, para el encuentro con todo aquel que las halle, pero buscan un lugar que las hospede por mucho tiempo, para el encuentro físico, para compartir el aire que se respire, para vivenciar las emociones que se generen, con esta generación y con futuras generaciones, un Museo del juguete, un Museo de la muñeca, ese es el sueño de estas muñecas, de las muñecas de Aymara.
























Aymara con nuestra madre.  Ella misma era como una muñeca, con sus ojos grandes y expresivos, y un corte de pelo que mi madre decía, era corte muñeca.

7 años después nació Ana María, llegando a compartir las muñecas de Aymara y acrecentando el número de ellas. Alli vemos a Silvia, muñeca de la casa Furga.

















En la década de los 90 nace Giovanna, hija de Ana Maria, quien juega también con las muñecas de Aymara; en esta imagen con Athena, la primera muñeca de Aymara. 



Giovanna, hija de Ana María, jugando con Athena






Athena y Reba son muñecas de celuloide, fabricadas en Italia en la década de los años 50. 





Athena y Reba muñecas de los años 50, como se conservan actualmente en 2018





En 1961 en brazos de la tía Consuelo, compañeros de juegos Aymara y Alejandro.



Aymara y Alejandro con David, hijo de Alejandro, sobrino de Aymara, 1989



Hacia 1965 se crearon en Italia unas muñecas con un nuevo concepto L’ALTA MODA, de la casa Furga, fabricadas en vinilo de alta calidad con los ojos insertados y largas pestañas negras características de la casa. De ellas, Aymara tenia a Silvia, que era una de cuatro muñecas que pertenecía a la serie "S", llamada así porque tenían nombre que empezaba con S, Sheila (pelirroja), Susana (de cabello negro), Simona (de pelo castaño  con pollina o flequillo) y Silvia (rubia).

La serie "S"de Furga 1965




Silvia muñeca de Furga 1965, restaurada en 2018, que perteneció a Aymara



























Carolinas y Faustina también son de la casa Furga de Italia





















Metti de la casa española Ibenca y Barbie de la norteamericana Mattel

Aymara también experimento el arte de hacer muñecas de trapo, y fui sorprendido por mi hermana Ana Maria, en este diciembre reciente, al revelarme que parte de esas muñecas las ha tenido guardadas desde hace mucho tiempo. Aqui les muestro parte de las que ella hizo en ese momento... 

























Y aquí están reunidas, casi todas, las muñecas que fueron confidentes de una niña que creció junto a ellas, pero que tubo que partir quizás muy pronto, no sin antes acordarse de dejarlas en custodia a quien sabia, las cuidaría y las querría quizás tanto como ella. 







De los rostros mas expresivos





















1962 con papá


































Con su hijo Ángel Alejandro 
año 1998










A tu memoria querida hermana, por siempre...









3 comentarios:

  1. Es maravilloso este texto e historia. solo sugiero que le cambie el color rosa o fuscia pues se lee con incomodidad.- Felicidades!!!

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  2. Muchas gracias por su apreciación y sugerencia, lo tendré en cuenta. Conmemorando el nacimiento de Aymara, muy próximamente completaré la publicación con mas imágenes, así que invitada a terminar de verlo, saludos cordiales.

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  3. Muy linda historia y bellas muñecas. Lo leo muchos años después de la publicación. Muchos saludos desde México

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