domingo, 3 de mayo de 2015

REMEDIOS LA BELLA

PERSONAJE FICTICIO DE "100 AÑOS DE SOLEDAD" DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

























Remedios la bella:
 Es hija de Arcadio y Sofía de la Piedad, y heredó la belleza de su madre. Es la mujer más hermosa del mundo, pero cuatro hombres encuentran la muerte al intentar violarla; es una persona inocente durante de su vida. Su olor floral era inconfundible y desesperante; su presencia trastornaba a los hombres de Macondo, no pertenecientes a la familia y la plantación bananera. Dicen que tenía algunos poderes extraños ya que todos los hombres que la querían morían. Una mañana, Remedios asciende en cuerpo y alma al cielo ante la mirada de Fernanda quien siente envidia y se muestra disgustada porque se lleva sus sábanas.








"La suposición de que Remedios, la bella, poseía poderes de muerte, estaba entonces sustentada por cuatro hechos irrebatibles. Aunque algunos hombres ligeros de palabra se complacían en decir que bien valía sacrificar la vida por una noche de amor con tan conturbadora mujer, la verdad fue que ninguno hizo esfuerzos por conseguirlo.

Tal vez, no sólo para rendirla sino también para conjurar sus peligros, habría bastado con un sentimiento tan primitivo, y simple como el amor, pero eso fue lo único que no se le ocurrió a nadie. Úrsula no volvió a ocuparse de ella. En otra época, cuando todavía no renunciaba al propósito de salvarla para el mundo, procuró que se interesara por los asuntos elementales de la casa. "Los hombres piden más de lo que tú crees", le decía enigmáticamente. "Hay mucho que cocinar, mucho que barrer, mucho que sufrir por pequeñeces, además de lo que crees." En el fondo se engañaba a sí misma tratando de adiestrarla para la felicidad doméstica,, porque estaba convencida de que, una vez satisfecha la pasión, no había un hombre sobre la tierra capaz de soportar así fuera por un día una negligencia que estaba más allá de toda comprensión. El nacimiento del último José Arcadio, y su inquebrantable voluntad de educarlo para Papa, terminaron por hacerla desistir de sus preocupaciones por la bisnieta. La abandonó a su suerte, confiando que tarde o temprano ocurriera un milagro, y que en este mundo donde había de todo hubiera también un hombre con suficiente cachaza para cargar con ella. Ya desde mucho antes, Amaranta había renunciado a toda tentativa de convertirla en una mujer útil. Desde las tardes olvidadas  del costurero, cuando la sobrina apenas se interesaba por darle vuelta a la manivela de la máquina de coser, llegó a la conclusión simple de que era boba. "Vamos a tener que rifarte", le decía, perpleja ante su impermeabilidad a la palabra de los hombres. Más tarde, cuando Úrsula se empeñó en que Remedios, la bella, asistiera a misa con la cara cubierta con una mantilla, Amaranta pensó que aquel recurso misterioso resultaría tan provocador, que muy pronto habría un hombre lo bastante intrigado como para buscar con paciencia el punto débil de su corazón. Pero cuando vio la forma insensata en que despreció a un pretendiente que por muchos motivos era más apetecible que un príncipe, renunció a toda esperanza. Fernanda no hizo siquiera la tentativa de comprenderla. Cuando vio a Remedios, la bella, vestida de reina en el  carnaval sangriento, pensó que era una criatura extraordinaria. Pero cuando la vio comiendo con las manos, incapaz de dar una respuesta que no fuera un prodigio de simplicidad, lo único que lamentó fue que los bobos de familia tuvieran una vida tan larga. A pesar de que el coronel Aureliano Buendía seguía creyendo y repitiendo que Remedios, la bella, era en realidad el ser más lúcido que había conocido jamás, y que lo demostraba a cada momento con su asombrosa habilidad para burlarse de todos, la abandonaron a la buena de Dios. Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa. 
-¿Te sientes mal? -le preguntó.
 Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima. 
 -Al contrario -dijo-, nunca me he sentido mejor.
  Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria."


sábado, 2 de mayo de 2015

MELQUIADES EL GITANO

PERSONAJES DE LA LITERATURA. 100 AÑOS DE SOLEDAD. GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

MELQUIADES el gitano alquimista que predice y escribe la historia de la familia Buendía, en lengua sánscrita, cuya lectura se llevara a cabo 100 años después que halla sido escrita, por el ultimo descendiente de la familia Aureliano Buendía, quien logra traducir los pergaminos.


Es uno de los gitanos que visita cada año en marzo el pueblo de Macondo, trayendo inventos y elementos de diversas partes del mundo y los vende, como dos imanes, una lupa gigantesca y un laboratorio de Alquimia. También es quien rescata al pueblo de la enfermedad del insomnio con una especie de líquido.

"Melquiades llega a Macondo", el montaje hace referencia al lugar con el color amarillo y las mariposas de ese color, características del pueblo de Macondo. En el marco se hace referencia al material de interés para Melquiades que encuentra para escribir la historia: la familia Buendía y la cotidianidad de la vida real e irreal que imperan en el lugar.

El personaje fue creado en abril 2015, para conmemorar el primer año de la muerte del escritor Gabriel García Marquez